Es el camino que nos ayuda a descubrir que todos tenemos una misión en la vida. Es acompañar a cada persona para que, en libertad, escuche la voz de Dios y encuentre su lugar en el mundo: en la vida familiar, laical, consagrada o sacerdotal. Busca despertar en los corazones el deseo de seguir a Jesús y responder con alegría a su llamado